domingo, 3 de abril de 2011

LA LLAMA VITAL



La llama vital es mi primer libro. A pesar de aparecer publicado en 2002, cuando yo ya contaba veintiséis años, los relatos incluidos fueron escritos entre los quince y los veinticuatro. Estoy francamente orgulloso, y os puedo asegurar que soy bastante autocrítico, de las historias de ese libro (al menos de la mayoría). Como ya he indicado en una sección anterior, considero (al igual que varios de mis lectores) algunas de ellas casi irrepetibles.

En La llama vital, uno puede encontrar, a través de emotivos personajes y situaciones límite, un reflejo de mis preocupaciones en aquella etapa de vida (algunas de las cuales perduran, por suerte o por desgracia). En mi calidad de post-adolescente, contemplaba el mundo que me rodeaba con una mirada ostensiblemente crítica: la errática, descontrolada evolución de la sociedad, las traiciones del ser humano hacia su planeta y hacia sí mismo, la intolerancia y la mentira arbitraria... El futuro de la Humanidad no se me antojaba ciertamente halagüeño (sigue sin hacerlo). La consecuencia de esta visión es una colección de relatos que resulta, en ocasiones, ciertamente dura. Dura no porque sea violenta ni difícil de leer -en absoluto-, sino en el sentido de realizar una denuncia metafórica pero clara, normalmente sutil aunque a veces no tanto, de nuestros grandes y con frecuencia vergonzosos errores.

No me malinterpretéis: La llama vital no es, de ningún modo, un ensayo filosófico. Nada más lejos de la realidad. Es un conjunto de relatos, de historias que narran las incidencias de unos personajes con los que el lector puede más o menos identificarse; no hay nada distinto en eso a otros libros que hayan podido caer en vuestras manos. Sin embargo, y pese a la gran variedad de temas y escenarios, sí es verdad que subyace en la obra un sentimiento de cierta decepción acerca de nuestro presente.

Quise, no obstante, que el mensaje de lucha contra la adversidad y esperanza en un futuro mejor impregnara la obra. Así pues, aunque La llama vital pueda parecer a veces muy pesimista, siempre pretende reinvindicar que rebelarse contra nuestras carencias y las dificultades que la vida nos plantea no sólo es bueno sino que nos define como hombres. De ahí viene el título La llama vital, y el sentir general de los relatos. Citando textualmente la contraportada:
"La Llama vital nos presenta una colección de relatos que, navegando con la fantasía y la ciencia-ficción como leales compañeras, pretende hablar de la realidad del Hombre, de su futuro y de la sociedad en la que vive. [...] es una invitación a la reflexión por parte del lector, al tiempo que presta a los personajes su atención y a veces su amistad para compartir con ellos sus ilusiones y fracasos, sus tristezas y alegrías. Es un intento de despertar la llama vital que arde con variable intensidad en cada mente, en cada hombre."

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